sábado, 6 de junio de 2015

¡Si no sabe lo que es la plusvalía no lo quiero aquí!

Recuerdo el otro día un compañero de sindicato y yo teníamos que dar una charla sobre la LOMCE y la FP Dual en nuestro instituto. Cuando terminamos fuimos juntos comentando impresiones y le comenté que estaba decepcionado de que fuéramos tan poca gente y que deberíamos hacer autocrítica de que habíamos hecho mal para la próxima cambiarlo, además le recomendé que en puntos del discurso que pudieran ser complejos tratara de explicarlos y no dar por sentado que se sabían, me respondió que habían sido pocos pero gente concienciada y que no era necesario explicarlo, a lo que le dije que eso no servia de nada, es decir, consideraba que el objetivo de esta charla era llegar a gente que no esté concienciada para que tome conciencia y que con gente que posiblemente no haya leído nada sobre el Movimiento Estudiantil no debía dar por supuesto que saben ciertas cosas o conocen ciertos términos, a lo que me respondió casi gritando: Si no saben ni lo que es la plusvalía no quiero que vengan a la charla.”

Lamentablemente no es la primera vez que me encuentro con esta clase de actitudes pero creo que pueden ser potencialmente perjudiciales en nuestra relación con las masas, ya que solo nos llevan a alejarnos cada vez más de ellas. Debemos comprender que el lenguaje es una herramienta que se debe adecuar al contexto en el que se usa, por tanto no podemos hablar igual cuando hablemos con un compañero de partido que esté mínimamente formado que cuando hacemos agitación en fábricas y nos dirijamos a un obrero sin formación ni conocimientos de la jerga propia de las ciencias sociales.

Pero cuidado con esto, ya que suele ser la excusa que usan ciertos oportunistas para introducir su terminología pequeñoburguesa dentro del movimiento obrero, es decir con la excusa de que el obrero medio no conoce el significa de lo que significa el término “burguesía” por poner un ejemplo, es sustituir un término concreto como “burguesía” por algo abstracto como “casta política”, “bipartidismo” o términos como “proletarios” o “clase obrera” por “ciudadanos” o demás términos que engloban tanto desde Amancio Ortega, a nuestro vecino parado y que no puede pagar la hipoteca, esto no es adecuarse al contexto como defienden algunos, esto es pervertir la esencia del marxismo, eliminar su componente clasista y reducirlo a un discurso reformista.


No obstante, no debemos encerrarnos en un entorno politizado, sino comprender que la mayoría de las masas están alienadas por la ideología dominante y que por tanto términos como “proletarios”, “plusvalía”, “burguesía”, “revisionismo” , etc… que a nosotros nos pueden resultar familiares a las masas les resultan totalmente ajenos, la solución a esto no es la fórmula oportunista de dejar de usar estas palabras, sino explicar a los obreros cual es su significado sin dar por supuesto que ya lo conocen, ya que posiblemente no lo hagan y que lo único que consigamos es parecer unos pedantes que le hablan de cosas totalmente ajenas a él. En cambio si le explicamos que el proletario es él que vende su fuerza de trabajo, el burgués es el dueño de la empresa, la plusvalía la diferencia entre lo que produce y lo que cobra; entonces el trabajador nos verá como gente que realmente le preocupa lo mismo que a él y a partir de ahí podremos ganarnos la confianza de las masas como la parte más consciente de ellas. Como la vanguardia tanto teórica como practica de la clase obrera, y no como un grupo de gente que vive en una realidad ajena a la suya. 

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