viernes, 8 de mayo de 2015

Hoy como ayer ¡No pasarán!

Compañeras, compañeros, tal día como hoy hace 70 años en Berlín, mientras la hoz y el martillo ondeaba al Reichstag, la guarnición alemana capitulaba ante las fuerzas aliadas significando esto el fin del Reich de los 1000 años, después de millones de muertos, la mayor parte de ellos soviéticos, de una lucha heroica de 6 años y de mucho sufrimiento el nazi-fascismo había caído. Pero cabe preguntarse ¿cómo llegó ahí?

Para responder a esta cuestión hay que remontarse a 1919 cuando nace en Italia los Fasci Italiani di Combattimento, que posteriormente serían el Partido Fascista, el fascismo nace como ya apuntaba el presidente de la Internacional comunista, George Dimitrov, como reacción de los sectores más reaccionarios, nacionalistas e imperialistas de la burguesía ante el avance de las posiciones revolucionarias. Vemos como en Italia nace ante las huelgas revolucionarias del norte de Italia y como el fascismo no son más que marionetas, perros deprisa de la burguesía como bien expone la película de Bertolucci, Novecento.

Pero no hay que ir tan lejos, aquí en España también sufrimos el fascismo, cuando tras la victoria del Frente Popular los fascistas, el ejército se levantaron contra un gobierno del pueblo, en nombre de la patria a la que estaban asesinando por defender los intereses de la burguesía, porque ya sabemos como son estos patriotas, que aman mucho la patria pero se pasan el día jodiendo al que vive en ella. Ante esto el pueblo español y los sectores del ejército fieles a la república pararon el golpe en la mayor parte del país, dando así inicio a la Guerra Civil Española nuestra Guerra Nacional-Revolucionaria; nacional porque defendíamos la independencia de España del imperialismo alemán y italiano y revolucionaria para que defendíamos los avances logrados por el pueblo español ante la reacción, ésta fue la antesala de la II Guerra Mundial, en esta guerra el pueblo español demostró un heroísmo épico, demostró que el fascismo sólo se le paraba con lucha obrera no alzando las manos, no con batukadas, como algunos se creen que se puede combatir el fascismo, sino con la lucha obrera y popular con el fusil en las manos y es aquí donde recuerdo lo que me dijo un viejo amigo militante comunista: "pacifista sí, pero ante la agresión no solas hay que responder, sino que hay que responder más fuerte todavía"; esta guerra demostró la necesidad de unidad contra el fascismo y la oligarquía, la necesidad de golpear como un solo puño. Durante tres años el heroico pueblo español, mal armado, con el único apoyo internacional de la Unión Soviética, si camaradas, no de repúblicas burguesas, sino de los comunistas, de Stalin y los camaradas de las Brigadas Internacionales, luchadores que haciendo gala de espíritu del internacionalismo proletario vinieron aquí solas pidiendo un fusil para combatir el fascismo, y contra los pronósticos fascistas de que sería una victoria fácil fueron tres años de lucha encarnizada, que finalmente perdimos, sumiendo a España en una de las etapas más negras de su historia. Y pasaron, si, en eso tienen toda la razón, les costó mucho, pero pasaron, pasaron con un golpe de estado, pasaron sus fosas comunes, pasaron los 47 campos de concentración, sus pelotones de fusilamiento, la sede compraventa de niños robados, pasó el aberrante bombardeo de Alcañiz, también de pueblos del Maestrazgo o de Gernika pasó su impune dictadura, pasaron las escuadras Alemanas de Hitler y las Italianas de Mussolini, pasaron los Sus más de 80.000 regulares llevados de África porque no tenían el valor de ganar ellos una guerra por ellos mismos, así son cobardes el fascistas. Pasaron los 100.000 muertos en combate, las 70.000 muertes ocasionadas por la represión franquista durante la guerra y la posguerra, los 50.000 muertos de enfermedad y desnutrición, además seguro que se sienten orgullosos de que también pasaran las vejaciones, el corte de pelo a mujeres , las violaciones, los linchamientos, la obligación de cantar himnos fascistas y de saludar a la romana, el hacinamiento en las cárceles, las torturas, la posibilidad de morir ante un pelotón por haber combatido por la República, los juicios sumarísimos y colectivos, la exclusión de la vida normal, la represión cultural y lingüística en Cataluña, País Vasco y Galicia ... todo esto pasó con esta escoria

Mientras en Europa pocos meses más tarde daba inicio la Segunda Guerra Mundial con la agresión de Alemania hacia Polonia, el 1 de septiembre de 1939. El pacto Ribbentropp-Molotov, del que tantas veces se ha acusado a los comunistas, va ser la única forma de ganar un margen de tiempo a los soviéticos para prepararse para la guerra y finalmente, el 22 de junio del año 41, pasó lo que todos sabían que iba a pasar: las tropas del III Reich invadieron, con la conocida como Operación Barbarroja, lo que era el verdadero enemigo del fascismo, lo que por el momento era el único estado del mundo dirigido por los trabajadores que no era otro que la URSS.

Queremos resaltar aquí el papel esencial de la Unión Soviética, el primer estado obrero y campesino, en la victoria que hoy conmemoramos. Hay que recordarlo, cuando los medios propagandísticos al servicio del capital quieren magnificar el papel del resto de aliados, especialmente los EEUU, y despreciar el del país de los soviets. Las cifras, sin embargo, son contundentes y muestran como el peso fundamental de la lucha contra las potencias fascistas correspondió al pueblo soviético ya su ejército, que pagaron con millones de muertos y una destrucción extrema la victoria en el mayor enfrentamiento militar de la historia. Sólo en la defensa de Stalingrado murieron más combatientes soviéticos que del resto de aliados en todos los frentes durante toda la guerra. Unos aliados necesarios pero no siempre leales, que durante muchos meses de guerra se negaron a abrir el necesario segundo frente en Europa,
dejando que la URSS afrontará en solitario la lucha contra la invasión alemana y los aliados de ésta, sobre todo Italia pero también otros estados sometidos al fascismo, como Hungría o Rumanía, sin olvidar la infame «División Azul», organizada en España por Ramón Serrano Súñer.

A pesar de las películas y la glorificación del papel de los norteamericanos, las cifras de víctimas muestran quien llevó el peso decisivo en la lucha. La URSS pagó un enorme precio por la victoria, con la pérdida de 8.860.400 vidas en combate y de 17.139.600 de civiles, además de la destrucción de miles de ciudades. Frente a esas cifras abrumadoras, los 220.000 soldados estadounidenses o los 370.000 británicos muertos, revelan quien hizo el esfuerzo decisivo en aquel enfrentamiento épico. La realidad es que por cada norteamericano muerto, más de 40 miembros del ejército rojo pagaron con su vida la voluntad de resistir y vencer y que es en la URSS a quien hay que agradecer que la barbarie fascista no se extendiera por todo el mundo. Y que quede claro que no queremos quitar mérito a los soldados americanos, británicos o franceses que combatieron el fascismo, todo lo contrario, todas las personas que combatieron el fascismo, en la frente, a las guerrillas o en la retaguardia merecen el respeto y la admiración de cualquier antifascista, pero es de justicia señalar a quien corresponde el mérito fundamental en la victoria.

Inicialmente las posiciones del Reich llegaron a estar a pocos kilómetros del centro de Moscú. De hecho, las tropas que desfilaron el 7 de noviembre en la Plaza Roja, en la conmemoración del 24 aniversario de la Revolución de Octubre, iban directamente al frente a pie. A su paso, las órdenes nazi-fascistas masacraron, asesinar y humillante cualquier atisbe de resistencia, se instalar algunas de las máquinas más horrenda de sufrimiento que el ser humano haya podido ver nunca, esclavizaron a las órdenes de la burguesía alemana a cualquiera que cayera en sus manos. Pero entonces llegaron a Stalingrado aquel Stalingrado de lo que hablaba Neruda, donde la heroica resistencia del ejército Rojo junto con la de todo el pueblo soviético lograron detener a los nazis, allí cayó la invencibilidad del Reich, que luego quedó más hundida en la batalla de Kursk donde hablando en plata los tanques soviéticos se pasaron por la piedra a los alemanes. A partir de aquí el avance de las tropas del ejército rojo de obreros y campesinos fue imparable, mientras que quedó claro el papel de los comunistas a las resistencias partisanes en los países ocupados, por mucho que la historia lo quisiera esconder como Francia que hasta los años 90 se negaban a reconocer que París fue liberado por la Nueve, compuesta por exiliados republicanos españoles, compuesta por nuestros a las órdenes del general Leclerc y que el primero en entrar en el ayuntamiento de Paris tras de la liberación fue el vecino de Burriana y comandante de la 49 Brigada Mixta de la República, Amado Granell. Una Francia donde la mayor parte de la burguesía era colaboracionista, mientras los comunistas organizaban la resistencia, donde jugaron un papel destacado numerosos republicanos españoles exiliados y pasados ​​a la clandestinidad, los cuales después fueron traicionados por los aliados Occidentales que les habían prometido liberar España, he aquí lo que vale la palabra de la burguesía que como decía el Che "no se puede confiar ni tantito así, nada". En Italia fueron también los partisanos comunistas los que detuvieron y colgar en Mussolini, en Yugoslavia y Albania otra vez fueron también los comunistas quienes echaron los fascistas y en Alemania fue el ejercito Rojo quien el día 8 de Mayo hizo capitular los nazis. Y es que la historia nos demuestra una y otra vez que cuando esas ratas, esos perros deprisa de la oligarquía han tenido el poder no tienen miedo a la ciudadanía, ni a la gente ni a inventos de estos que suele sacar el reformismo para evitar decir las cosas por su nombre, ¡tienen miedo de nosotros compañeras y compañeros, tienen miedo de los comunistas, tienen miedo de la clase obrera organizada, tienen miedo de que los derribaron una y los únicos que saben que lo pueden volver a hacer y quitarles todos y cada uno de sus privilegios!

Y es que esto es el fascismo al fin y al cabo compañeras y compañeros, no es algo que nazca de la nada o de un simple pirado como a veces nos quieren hacer creer los documentales de historia, no. El fascismo es la última carta de la burguesía para no ceder sus privilegios, por eso nacen siempre en contextos de crisis del capitalismo para reprimir a la clase trabajadora, para justificar la opresión imperialista, para desviar la atención de la clase obrera dividiéndola, haciéndole creer que su enemigo es la clase obrera de otra nación y el burgués, el fascismo aunque dependiendo de cada país se adapta a las condiciones del mismo, es en esencia el mismo siempre y está al servicio de los mismos siempre que no son otros que la oligarquía, la burguesía, la patronal, palabras que parece que para alguna parte de la izquierda se como jugar a Tabú no las pueden nombrar pero nosotros los comunistas lo decimos claro, que tienen los medios de producción.

El fascismo aspira a la más desenfrenada explotación de las masas, pero se acerca a ellas con una demagogia anticapitalista, muy hábil, explotando el profundo odio de los trabajadores contra la burguesía rapaz, contra los bancos, los trusts y los magnates financieros y lanzando las consignas más seductoras para el momento dado, para las masas que no han alcanzado una madurez política; en Alemania: "Nuestro Estado no es un Estado capitalista, sino un Estado corporativo"; en Japón: "por un Japón sin explotadores"; en Estados Unidos: "por el reparto de las riquezas", etc ... Aprovechando esto muchos tratan de hacer paral • paralelismo entre los fascistas y nosotros hasta llegar al absurdo. Falacias todo, lo peor es que te lo sueltan eso los mismos neoliberales cuyos padres se forraron aquí en España gracias a la proximidad al régimen de Franco. No, no somos lo mismo, como hemos visto mientras están con la patronal otros estamos con los trabajadores, mientras apalizar inmigrantes y defienden el imperialismo, otros defendemos el internacionalismo proletario, mientras unos defienden prohibir el aborto nosotros defendemos el derecho de la mujer a decidir si quiere parir. No somos lo mismo pues ellos están con los opresores y nosotros con quien los sufre.

El fascismo entrega el pueblo a la voracidad de los elementos más corrompidos y venales, pero se presenta ante él con la reivindicación de un "gobierno honrado e insobornable". Especulando con la profunda desil • alusión de las masas sobre los gobiernos de democracia burguesa, el fascismo se indigna hipócritamente ante la corrupción aunque cuando tocan el poder convierten al país en su cortijo particular.

Y no olvidemos que no hay que representarse la subida del fascismo al poder de una manera tan simplista y plana, como si un comité cualquiera del capital financiero tomara el acuerdo de implantar en uno u otro día la dictadura fascista. En realidad, el fascismo llega generalmente al poder en lucha, a veces enconada, con los viejos partidos burgueses o con determinada parte de éstos, en lucha incluso en el seno del propio campo fascista, que muchas veces conduce a choques armados, como hemos visto en Alemania, Austria y otros países. Todo ello, sin embargo, no disminuye la significación del hecho de que, antes de la instauración de la dictadura fascista, los gobiernos burgueses pasen habitualmente por una serie de etapas preparatorias y realicen una serie de medidas reaccionarias, que facilitan directamente el acceso del fascismo al poder. Todo aquel que no luche en estas etapas preparatorias
contra las medidas reaccionarias de la burguesía y contra el creciente fascismo, no está en condiciones de impedir la victoria del fascismo, sino que, por el contrario, la facilitará.
 Y en esa tesitura nos encontramos, compañeras y compañeros, hay que combatir el fascismo antes de que sea demasiado tarde, ante estas ratas sólo hacia la unidad de la clase trabajadora y como decía el camarada José Diaz siempre un esfuerzo más de la clase obrera y los sectores populares y más pronto que tarde será una verdad el éxito total del pueblo antifascista contra estos enemigos de los pueblos, de los trabajadores y de la patria, que nosotros somos los primeros en defender, pero una verdadera patria republicana y socialista, compuesta de pueblos libres y iguales en una España de carácter confederal; ese es el país que queremos los comunistas y no esta cárcel de pueblos, esta pseudo democracia que sólo beneficia
a la burguesía, a los parásitos que se lucran de nuestra sudor y estoy convencido de que lo conseguiremos, porque cuando la clase trabajadora cree en ella misma no hay quien la frene y esta vez sí, por los que están en las cunetas, por los que sufrió la represión, por los que combatieron para darnos un futuro mejor... ¡No pasarán! ¡El equipo de Pravda les desea un feliz Día de la Victoria!

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