miércoles, 21 de enero de 2015

Stalin, héroe nacional soviético

Stalin, héroe nacional soviético La mala prensa que ha tenido Stalin en el mundo occidental se debe a sus innegables logros en la construcción del socialismo, por convertir al basurero de Europa, la Rusia zarista, en una Unión Soviética hegemónica y dominadora de la mayor parte de Eurasia. a)En 1926-1927, recién llegado Stalin al poder, la esperanza de vida en la Unión Soviética era de solo 44.4 años mientras que en 1964 había ascendido a 68.6 años. Más de 24 años de diferencia! Y eso en un país que según la propaganda procapitalista, la gente se moría de hambre. b)La Rusia zarista era un desastre militar, a pesar de que era el país más poblado de Europa y disponer de abundantes recursos. Por eso no pudo aguantar su frente en la Primera Guerra Mundial. Bajo el mandato de Stalin, la URSS dispuso del ejército más poderoso de la Tierra, recuperó los territorios perdidos por el tratado de Brest-Litovsk, y llevó el socialismo a orillas del río Elba. c)A ver si se nos mete en la cabeza que la II Guerra Mundial fue ganada fundamentalmente por la URSS, país que provocó el 80% de las bajas nazis y sufrió 26 millones de muertos, solo 8.860.400 fueron militares. El desembarco de Normandía no liberó a nadie. En junio de 1944 las tropas soviéticas ya estaban en la frontera de Prusia Oriental, y de no ser por el desembarco anglo-americano habrían penetrado hasta Renania o incluso habrían llegado hasta los Pirineos. Con toda seguridad habrían invadido España derrocando el régimen de Franco e instaurando la Tercera República. d) Gracias a los planes quinquenales del camarada Stalin, la Unión Soviética pasó de ser un país fundamentalmente agrario a ser una superpotencia industrial. Recordemos que la Unión Soviética construyó su primer bomba atómica en 1949 y llevó a Yuri Gagarin al espacio en 1961. Además le debemos el teléfono móvil a Leonid Ivanovich Kupriyanovich,inventor comunista ruso. Era un famoso ingeniero, conocido por sus inventos en el área de comunicación. En 1955, publicó en una revista científica para amantes de la radio, una descripción de su aparato walkie-talkie, capaz de hacer conexiones de hasta 1,5 km de distancia. Pesaba cerca de 1,2 kilos y funcionaba con dos tubos de vacío. En 1957 presentó la misma versión de su walkie-talkie, pero esta vez con un alcance de 2 km de distancia y con un peso de 50 gramos. Pero el ingeniero comunista no se detuvo ahí, en el mismo año presentó el LK-1, un teléfono móvil que usaba ondas de radio, tenía un alcance de 20 a 30 km de distancia y una bateria que duraba de 20 a 30 horas. El dispositivo manual pesaba cerca de 3 kilos y dependía de una estación. Según Leonid Ivanovich, la estación podía servir a varios clientes a la vez. El inventor soviético patentó su teléfono móvil en 1957 (Certificado Nº115494, 1.11.1957). En 1958, en el Instituto de Investigación Científica de Voronej (VNIIS), Kupriyanovich comenzó la búsqueda de un sistema propio de comunicación móvil. Sus descubrimientos científicos eran constantemente publicados en la revista más famosa sobre tecnología editada en la Unión Soviética, la “Nauza i Jizn” (Ciencia y Vida). En 1958, Leonid Kupriyanovich fue más allá, encogiendo su invento a un tamaño lo suficientemente pequeño para coger en un bolsillo. El aparato del ingeniero comunista no sólo permitía hacer conexiones, si no también recibirlas de telefonos residenciales y de cabinas telefónicas. Tenía aproximadamente el tamaño de un paquete de tabaco, como la mayoría de los teléfonos móviles actuales. En 1961, el ingeniero comunista de la Unión Soviética desarrolló un dispositivo aún menor, que cogía en la palma de la mano y tenía un alcance de más de 30 km. En el mismo año fue planteada la fabricación de ese objeto a larga escala, según una entrevista dada por Leonid a la agencia de noticias APN. El inventor también habló sobre el planteamiento de construir estaciones de telefonía móvil. El primer dispositivo de telefonía móvil nacional acabó siendo el “Altay”, distribuído comercialmente a partir de 1963, y en 1970 ya estaba presente en más de 114 ciudades de la URSS. Muchos de sus dispositivos fueron inicialmente empleados por el mundo médico, en hospitales y después por taxis en el país. El sistema fue usado en países del Este Europeo como Bulgaria y exhibido en la exposición internacional Inforga-65. Entonces, la próxima vez que venga alguien diciendo eso de que “un comunista de verdad no usa teléfono móvil” o que “el Iphone es capitalista”, recuérdale que está cayendo en un error muy común, que realmente el invento que usa fue creado por el comunista Leonid Ivanovich Kupriyanovich y que se creó en la URSS y no en los EE.UU. Su patente es una prueba de ello. e) Respecto a las purgas estalinistas lo cierto es que STALIN FUE ELEGIDO DEMOCRATICAMENTE en el XIV Congreso del PCUS en el año 1925, con el 3/5 de los votos de los delegados. Fueron sus opositores, Trotski, Kámenev, Zinoviev; quienes no supieron perder e idearon todo tipo de golpes de Estado para acabar con Stalin. La gota que colmó el vaso fue el asesinato de Serguéi Kirov, que demostraba que los opositores estaban dispuestos a todo con tal de acabar con el legado de la Revolución de 1917. Es cierto que hubo excesos en la Gran Purga, pero fueron debidos al carácter desequilibrado de Nikolái Yezhov, jefe de la NKVD (policía soviética) Por este motivo fue destituido por Stalin y reemplazado por Lavrenti Beria, un funcionario georgiano que según sus subordinados tenía un gran corazón, y que en 1938 prohibió la tortura (en Estados Unidos sigue siendo legal, utilizada por la CIA) y puso fin a la Gran Purga. f) Respecto al gulag en 1921 el escritor Maxim Gorki hizo una gira por esos campos de trabajo y reeducación y quedó impresionado: no solo no se torturaba a los presos sino que se permitía a las familias llevarles comida. Durante el tiempo que permanecían en sus celdas se les proporcionaba todo tipo de literatura socialista para facilitar su reeducación. g)Las cifras del gulag-Según Conquest (y tras él toda la propaganda imperialista) los bolcheviques mataron a 26 millones de personas, con el siguiente desglose: 12 millones de presos ejecutados entre 1930 y 1953 y otros 14 millones muertos de hambre en la década de los años veinte. También siguiendo sus cálculos, en 1950 había de 25 a 30 millones de presos en los campos de trabajo soviéticos, de los que 12 de ellos eran presos políticos, o sea contrarrevolucionarios. Añade que en las depuraciones de 1936 a 1939 fueron ejecutadas un millón de personas y otros dos millones murieron de hambre. El resultado de estas depuraciones serían 9 millones de presos políticos y 3 millones de muertos. Soljenitsin, un fascista-zarista que recibió el Premio Nobel de Literatura en pago a sus servicios, infló todavía más las cifras de Conquest. Según él, los bolcheviques mataron a 110 millones de personas: 44 millones en la II Guerra Mundial y otros 66 millones desde la colectivización hasta la muerte de Stalin en 1953. Finalmente, calculaba que en 1953 en los campos de trabajo había 25 millones de presos. Estas son las cifras que luego la prensa imperialista ha reproducido millones de veces por todo el mundo, por supuesto de fuentes fidedignas. h)Los archivos del KGB-Naturalmente, las conclusiones de la apertura de los archivos secretos por Gorbachov en 1993 no han recibido la misma dimensión informativa y sólo han alcanzado a las publicaciones científicas restringidas. Las conclusiones del estudio se han compendiado en 9.000 páginas redactadas por tres académicos rusos (Zemskov, Dougin y Xlevnjuk) nada sospechosos de simpatías stalinistas. Estas conclusiones han sido reproducidas también por Nicolas Werth del CNRS (Instituto Francés de Investigaciones Científicas) en la revista L'Histoire en setiembre de 1993, y por J. Arch Getty profesor de Historia de la Universidad de River Side en California en la revista American Historical Review. Todos los informes académicos son unánimes en desmentir la campaña tergiversadora. En la URSS en 1940 existían 53 campos y 425 colonias de trabajo, los famosos gulags. Se diferenciaban porque las colonias eran más pequeñas y con un régimen penitenciario más relajado que los campos y a ellas se destinaban los presos con condenas más reducidas. En los campos y colonias los presos no estaban recluidos en espacios cerrados sino que trabajaban y cobraban el mismo sueldo que los demás trabajadores, sobre la base del principio de que los presos no podían resultar una carga para la sociedad. Trabajaban durante su jornada laboral (7 horas diarias) y luego debían recluirse en los recintos cerrados y custodiados. En la URSS no había cárceles como las que conocemos aquí, en las que impera la ociosidad: trabajar era una obligación para todos, y no un derecho. Imperaba el conocido principio general de que quien no trabaja no come. En 1939 en los campos y colonias había un total de 2 millones de presos, de los que 454.000 eran contrarrevolucionarios. De ellos murieron 160.000 por causas diversas, especialmente epidemias, enfermedades contagiosas y falta de medicinas. Después de la guerra, en 1950, el número de contrarrevolucionarios presos subió a 578.000, pero el porcentaje de presos que en total purgaban sus condenas nunca pasó del 2'4 por ciento de la población adulta de aquella época. ¿Qué significan estas cifras? Hagamos comparaciones... En Estados Unidos hoy viven 252 millones de personas y hay 5'5 millones de presos en total, es decir, un 2'8 por ciento de la población adulta. Más que en la URSS de la época de Stalin. Y Estados Unidos ni padece un levantamiento armado de las proporciones de la guerra civil en la URSS, ni tampoco la amenaza exterior de ninguna potencia. Por el contrario, la URSS surge de una guerra mundial, padece una guerra civil, una invasión exterior de las grandes potencias, un sabotaje permanente de espías y contrarrevolucionarios y, finalmente, una nueva guerra mundial. A pesar de ello, el número total de presos era inferior al actual en Estados Unidos. En cuanto a las muertes en los campos y colonias de trabajo, los porcentajes van del 5'2 por ciento en 1934 al 0'3 por ciento en 1953, lo que hace un total aproximado de un millón de presos, la mitad de ellos en el periodo de 1934 a 1939, y siempre por causas involuntarias, como se demostró al difundirse tras la II Guerra Mundial el uso de antibióticos, que redujo notablemente el volumen de fallecimientos. En la URSS existió la pena de muerte, que se ejecutaba sólo en los casos más graves de levantamientos armados contra el socialismo. Dimitri Volkogonov, nombrado por Yeltsin jefe de los antiguos archivos soviéticos, ha calculado en 30.514 el número de fusilados entre 1936 y 1938 y, según cifras actuales del KGB, desde 1930 hasta 1953 habrían sido condenados a muerte 786.000 detenidos. Pero esta última cifra no parece convincente y puede referirse al total de ejecuciones entre delincuentes comunes y contrarrevolucionarios. Quizá pueda deberse también a que el KGB contabilizó todas las sentencias de muerte, incluso aquellas que luego no se ejecutaban y se conmutaban por otras. En todo caso, puede decirse que los fusilamientos en una de las fases más aguda de la lucha de clases en la URSS entre 1936 y 1939, la época llamada del gran terror entre los imperialistas, serían de unos 100.000. Por tanto, muy lejos de los millones de la propaganda con la que nos han bombardeado durante años. Pero hay detalles muy poco conocidos. Por ejemplo, hasta 1937 la pena máxima establecida por las leyes soviéticas era de 10 años, y el 82 por ciento de los condenados lo eran a penas inferiores a 5 años. Las penas dictadas por los tribunales populares eran algo superiores, pero en todo caso, sólo el 51 por ciento de los contrarrevolucionarios fueron condenados en 1936 a penas superiores a los 5 años. Cuando en 1937 se elevó el tope de las penas, sólo el 1 por ciento de los contrarrevolucionarios fueron condenados a penas superiores a los 10 años. Ni existía la condena a perpetuidad como en Estados Unidos, ni nadie cumplía condenas de más de 20 años, como en España. Los comentarios, una vez más, sobran. i)Los convictos del gulag-Pero todas esas cifras expuestas no nos daría una imagen ni siquiera aproximada de la URSS en los años treinta y las durísimas condiciones en las que se desarrollaba la lucha de clases de los obreros y los campesinos pobres. Pese a la colectivización, los kulaks no desistieron en su empeño de doblegar a los campesinos pobres, asesinando a los militantes comunistas, a los funcionarios del Estado y a los cooperativistas, incendiando las cosechas, provocando plagas, matando a los animales de trabajo y provocando el hambre. El Partido Comunista y los campesinos pobres tuvieron que luchar en las condiciones más adversas porque los kulaks contaban con importantes apoyos exteriores y tenían experiencia de años en el control de todos los resortes del poder en el campo. Sin duda la represión debió ser dura y los kulaks más destacados por sus crímenes fueron justamente ejecutados o condenados a los campos de trabajo. No obstante, de los 10 millones de kulaks existentes antes de la colectivización sólo resultaron condenados 1'8 millones de ellos a diversas penas. Es seguro que cuando la lucha es tan encarnizada y de tan vastas proporciones, se produjeron errores, injusticias y venganzas particulares. Pero en su conjunto, la lucha fue acertada, permitió subsistir a la URSS y salvó aún muchas más vidas de las que costó. Y sobre todo: esas vidas que se salvaron eran las de los obreros, los campesinos pobres, los cooperativistas y la población en general de todos los pueblos de la URSS. Además, la situación no se ceñía exclusivamente al campo. También en las fábricas y en el Ejército ocurría algo parecido. Numerosos cuadros y técnicos provenían de las filas de la burguesía, ya que eran cuadros cualificados de los que no se pudo prescindir inicialmente. La mayor de parte de ellos colaboraron lealmente con los obreros en los planes quinquenales, pero otros saboteaban la producción, retrasaban los suministros, destruían la maquinaria y boicoteaban las tareas, causando un extraordinario perjuicio a la producción, en unos momentos clave en que la amenaza exterior del imperialismo acechaba. La revolución, cabe concluir, no es un camino de rosas, desgraciadamente. Pero no será porque los revolucionarios estén sedientos de sangre. Es seguro que si los capitalistas renunciaran voluntariamente a sus privilegios, todo resultaría más fácil. La Historia demuestra que eso no ha sucedido nunca y que los que lo tienen todo no dudan en masacrar a los que no tienen nada para salvaguardar sus prebendas. Y luego encima nos vuelven la historia del revés. j) En resumen, la imagen de Stalin y su etapa al frente de la URSS han sufrido una deformación sistemática, primero por la propaganda hitleriana y luego por la guerra fría. Indudablemente de esa campaña, por más que se ha demostrado su inconsistencia y su falta de rigor histórico, ha triunfado: hoy Stalin es sinónimo de terror, persecución, genocidio y campos de trabajo. No hay dudas: la burguesía tiene pánico a Stalin y lo transmite por todos los medios de manipulación. Las razones son claras: el movimiento comunista internacional alcanzó su apogeo bajo Stalin, la situación llegó a ser tan crítica para el capitalismo que llegaron a temer su desplome. Había que hacer algo: borrar la gloriosa imagen de la Revolución Rusa y de los bolcheviques e imponer una imagen llena de manipulaciones, mentiras y falsedades históricas. Los capitalistas insistieron en que la apertura de los archivos secretos del KGB confirmaría sus afirmaciones. Gorbachov abrió esos archivos en 1989 y los primeros informes completos con las conclusiones se publicaron en 1993. No han tenido el eco mediático que merecían porque refutan totalmente la campaña de intoxicación anticomunista que hemos sufrido durante años. k) Reflexionad: en tiempos de la Comuna de París (1870) el socialismo era una ideología de obreros pobres, explotados por la burguesía, y masacrados por las fuerzas de la República francesa. 75 años después el socialismo dominaba la mayor parte de Eurasia y se encontraba a un pelín de hacerse con Europa occidental. Y todo gracias al camarada Stalin, un hombre tan sencillo como estupendo que ayudó a la Revolución en todo el mundo, levantando la Unión Soviética, derrotando al nazi-fascismo, expandiendo el socialismo, siendo solidario con la República Española, y demostrando que las ideas de Marx y Lenin pueden hacerse realidad. l) Así que gritad sin vergüenza alguna, lo más alto que podáis, SLAVA STALIN!

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